Aborda este libro la trayectoria episcopal de un sacerdote navarro a lo largo de la difícil etapa de la historia de la Iglesia católica que transcurrió en los años posteriores al Concilio Vaticano II (1962-1965). El cuestionamiento de la autoridad dentro de la Iglesia, la secularización masiva de sacerdotes, el vaciamiento de los seminarios, el diálogo con la modernidad o el cambio político en España, que llevó de un sistema marcadamente autoritario a otro plenamente democrático, fueron hechos que influyeron y marcaron decisivamente la vida de Javier Osés en Huesca, la diócesis a la que llegó a finales de 1969 y a la que se dedicaría en cuerpo y alma hasta su fallecimiento en octubre de 2001. Este libro pretende analizar las luces y las sombras de un hombre de extraordinaria valía humana y cuya trayectoria vital estuvo marcada por una integridad y una entrega incuestionables que le convirtieron en hombre de referencia para el catolicismo altoaragonés y para la Iglesia española en su conjunto.